SISTEMAS DE ACCIÓN: QUÉ SON Y SU FUNCIÓN EN NUESTRA CONDUCTA

Sabemos que la conducta humana está regulada por muchas y diversas fuerzas y elementos que hacen comprender al ser humano uno de los mayores artes, sin embargo existen acciones físicas y mentales que regulan la conducta de todo ser humano y que juegan un papel muy  importante en su salud mental, física, emocional y relacional. 

Todas las acciones que realizamos, las físicas, las mentales, las complejas y las más simples, activan una respuesta neurológica, cognitiva y psicosensoriomotriz y estas respuestas repetidas crean una serie de condicionamientos, patrones emocionales, cognitivos y conductuales y por ende «configuran» una o unas tendencias de acción que tienen impacto en todos los ejes de la vida de las personas.

Estos sistemas de acción también son innatos, condicionables, organizadores, estabilizadores y adaptativos, y debido a las distintas experiencias que vivimos desde la niñez hasta la vejez es importante tener una alta gama de sistemas de acción para adaptarnos de la mejor manera a nuestro entorno por ejemplo entablar relaciones afectivas, jugar, cuidar de nosotros y otros. Cada uno de estos sistemas está relacionado con una emoción y se coordinan para satisfacer anhelos, deseos y necesidades y a aunque son independientes están interconectados.

Estos sistemas se activan ante estímulos internos y externos y derivan en acciones que crean nuevos estímulos, emociones y pensamientos y estos crean nuevas conductas nuevamente. Esto crea los patrones conductuales y emocionales de una persona y de forma repetida puede crear respuestas automáticas ante los estímulos. Tener consciencia de estos sistemas nos puede ayudar a activarlos de forma voluntaria para crear nuevos patrones de conducta más adaptativos, funcionales y benéficos para nuestra salud integral.

Los ocho sistemas de acción son los siguientes:

Defensa

Este sistema de acción tiene el objetivo de cuidar la sobrevivencia y se activa cada vez que un estímulo es percibido como potencialmente peligroso y resulta una amenaza para la persona. Este sistema resulta de la reacción más básica de la supervivencia, atacar, huir o inmovilizarse. Este sistema de acción se encuentra siempre presente más no activa, porque garantiza a la persona defenderse de un estímulo que puede dañarle, sin embargo en ciertas ocasiones este sistema de acción se vuelve una tendencia de acción automática, en donde la persona responde con este sistema ante cualquier estímulo. Las personas traumatizadas suelen vivir con su sistema de defensa activo de forma constante. Cuando el sistema de defensa se encuentra activo, todos los demás sistemas de acción se inhiben, por lo que la persona suele vivir constantemente en una respuesta emocional, mental y física de defensa que suele ser agotadora y sumamente desadaptativa que afecta su estabilidad psicológica y evita que obtenga los beneficios que brindan los otros sistemas de acción.

Apego

El sistema de apego y el sistema de defensa están intimamente relacionados, ya que cuando existe un apego inseguro, las personas pueden resultar una posible amenaza para la persona, activando el sistema de defensa y al revés, si hay un apego seguro las personas se sienten cómodas con otros seres humanos permitiéndose activar los otros sistemas de acción.

El sistema de apego se desarrolla desde los primeros instantes de vida y a través de la niñez principalmente. Este sistema se desarrolla a partir de la necesidad de todo ser humano de tener contacto físico y amor desde el nacimiento, cuando las figuras de autoridad, en este caso las figuras de apego (padres, abuelos, y/o cuidadores) no son figuras protectoras, amorosas, sin proximidad física y emocional o en su caso son violentas, agresivas y abusan de los límites físicos del niño (golpes, maltrato, abuso sexual) el estilo de apego se transforma en uno inseguro, por el contrario cuando las figuras de apego son protectoras, con proximidad física sana, amorosas, etc. la figura de apego genera seguridad y brinda enseñanzas personales como el cuidado, la regulación de la energía, la confianza, etc, por lo que en la vida adulta las personas no resultan una amenaza si no al contrario, resultan zonas y refugios seguros.  Un sistema de apego seguro permite que los otros sistemas de acción se activen, ya que cuando la persona se siente segura, con respaldo y protegida, es capaz de explorar, jugar, tener conexión social, disfrutar su sexualidad, y por lo tanto ser más feliz, mientras que por el otro lado, ante un apego inseguro el sistema de acción de defensa se activa inhibiendo todos los demás.

El objetivo del sistema de apego es garantizar o promover la intimidad física, emocional, cognitiva e espiritual con personas significativas y alcanzar la seguridad, protección, respaldo y reciprocidad y por lo tanto la activación de los otros sistemas de acción.

Exploración

Este sistema de acción se activa únicamente cuando la persona se siente segura, por ello esta intimamente relacionada con el apego que a su vez esta relacionado con el sistema de defensa. La emoción relacionada con este sistema es la curiosidad. Sentir curiosidad/interés invita al individuo a explorar y esta exploración tiene cabida en todos los sistemas de acción, por ejemplo, si la persona siente curiosidad por su cuidado personal (sistema de cuidados) explorará las distintas formas de cuidarse, se interesará en aprender y ganar herramientas para ello. Esta misma curiosidad abre las puertas de la exploración en diversos ámbitos que ayuda a la persona a aprender y a acercarse a lograr objetivos y/o realizarse en las diversas áreas de su vida. Este sistema ha permitido mucho de la evolución del ser humano.

Regulación de la energía

El sistema de apego desempeña un papel muy importante en el sistema de la regulación de la energía. Este sistema tiene el objetivo, como su nombre lo dice, de regular la energía de la persona, tanto física, emocional y cognitiva. Este aprendizaje se obtiene de primera instancia en la infancia a través del sistema de apego, ya que cuando los padres o cuidadores cuidan del niño, lo alimentan, le brindan un buen descanso, le brindan seguridad lo cual le ayuda a regular sus emociones y pensamientos y esto se traduce en un adulto que sabe regular su energía. Sin embargo si no se tuvo un apego seguro, es probable que la persona desconozca como regular su energía, pasando mucho tiempo sin comer/beber, no descansando lo suficiente, sobre exigirse físicamente, no saber escuchar las necesidades de su cuerpo o no saber como satisfacerlas, y desconocimiento de como regular y hacer frente a sus emociones y pensamientos lo cuál muchas veces lleva a un agotamiento profundo.

Este sistema ayuda a la sobrevivencia de todo ser vivo, y los sistemas de exploración y cuidados juegan un papel importante para cumplir con los objetivos de éste. Aprender a esuchar las necesidades físicas, por ejemplo el hambre, la sed, el frío, el calor, el cansancio, la necesidad de moverse, de obtener más oxigeno y aprender a satisfacerlas, alimentarse cuando se tiene hambre, taparse ante el frio, destaparse ante el calor, respirar profundo, hacer ejercicios más exigentes, hacer ejercicios más relajantes, estirarse, escuchar las sensaciones físicas que acompañan las emociones, cambiar de pensamiento, etc.  ayudan a que la persona pueda regular su energía para tener mayor estabilidad y mayor energía adaptativa de forma constante.

En el caso de personas traumatizadas existe una desconexión entre mente y cuerpo, es decir muchas personas no logran identificar y reconocer sus sensaciones físicas y por lo tanto les es difícil identificar sus necesidades y cuidar de si mismos. Una vez que se comienza el trabajo terapéutico, el psicólogo ayuda al paciente a reconectar con su cuerpo de manera sutil y controlada mientras se elaboran las emociones congeladas del trauma.

Cuidados

Como es mencionado anteriormente, el sistema de apego tiene mucho que ver con el sistema de cuidados. Un sistema de apego seguro en la infancia brinda la oportunidad, enseñanza y confianza de cuidarse a si mismo y cuidar de otros.

Este sistema se activa ante un estímulo que la persona lee y decide si brindarle atención o suprimir dependiendo de los otros sistemas de acción activos, por ejemplo, si hay un malestar físico pero hay una amenaza presente, el sistema de acción de defensa se vuelve más importante, por lo que la persona decide suprimir o evitar el aviso del estímulo de malestar para hacer frente a otra amenaza, por otra parte si no existe amenaza y los otros sistemas de acción están presentes, es posible que el individuo lea el estímulo, se activen otros sistemas de acción como la exploración y/o regulación de la energía y decida atender la necesidad y cuidar de sí mismo o de otros.

Este sistema de acción se determina por las conductas de atención y cuidado y ayuda a promover el bienestar personal y relacional.

Sociabilidad

Las bases de este sistema de acción también llamado sistema de conexión social,  tienen que ver con el estilo de apego de la infancia, la forma en la que nos relacionamos en la primera infancia determina parte de la confianza que tendremos con otros seres humanos y que tanto nos interese, busquemos y entablemos relación con los demás. Mientras que el sistema de acción de apego se enfoca más hacia personas más significativas para la persona, el sistema de acción de sociabilidad tiene más que ver con la comunidad y las relaciones de amistad.

El  sistema de acción de la sociabilidad es esencial para la salud psicológica del ser humano y este también le permite activar otros sistemas de acción, por ejemplo, ser social permite a la persona explorar, jugar, conocer personas significativas y tener una relación de apego, explorar la sexualidad, cuidar de si mismo y de otros, etc.

Un estilo de apego inseguro afecta este sistema de conexión social debido a que las personas y sus conductas se vuelven amenazas para la integridad física, emocional y psicológica y aún más para aquellas personas traumatizadas para quienes existe una gran fobia a las relaciones, el contacto físico, el dolor, una falta de habilidades sociales y una incapacidad para crear lazos sanos, funcionales y duraderos.

Juego

Al igual que la exploración, el juego requiere de seguridad, si la seguridad desaparece el juego desaparece. Este aprendizaje en los niños configura una tendencia de acción. Si el niño constantemente sentía amenazas y una falta de protección, el juego terminaba, esta conducta de forma repetida crea la tendencia de «no saber jugar» o «no me puedo permitir jugar» y esto inhibe la capacidad de disfrutar y sentir alegría, lo cual por supuesto impacta en la salud psicológica del ser humano, derivando en depresiones y ansiedad.  El juego y la exploración van de la mano ya que muchas veces ocurren juntos y simultáneamente, el juego abre la puerta a más exploración y viceversa y ambas permiten al individuo desarrollarse. El juego es esencial tanto en la infancia como en la vida adulta, ya que permite desarrollar lazos sociales fuertes y crear emociones placenteras que desembocan en oportunidades en diversas áreas.

En los niños, el juego ayuda a desarrollar su cortex prefrontal, la parte del cerebro encargada de la toma de decisiones, de evaluar, de razonar, etc, por lo que niños que juegan son niños y adultos inteligentes, capaces de controlar sus impulsos, evaluar, tomar decisiones, creativos, empáticos y capaces de disfrutar.

El juego en la vida adulta es vital,  a pesar de que no se haya aprendido o practicado en la infancia o aunque se haya olvidado, es un sistema de acción importante para el ser humano.

Sexualidad

Todo ser humano está marcado evolutivamente por la motivación a la sexualidad. La sexualidad permite la reproducción y la reproducción garantiza la sobrevivencia de la vida. El sistema de acción de sexualidad es muy importante para el ser humano ya que siempre esta presente de forma biológica y este sistema de acción es una puerta importante a otros sistemas de acción que permiten al ser humano vivir de forma adaptativa y sana. La sexualidad esta relacionada con la conexión social, el apego, la exploración y el juego. La sexualidad puede permitir fortalecer los lazos de la relación adulta y crear una relación de apego que brinde una base segura para ambas personas, que exploren la intimidad física, emocional, intelectual y espiritual en si mismos y en el otro y formar vínculos más fuertes, además ayuda a desarrollar conductas que pueden permitir a la persona ganar confianza y poner en práctica sus habilidades, tales conductas son el cortejo: la amabilidad, la sonrisa, la diversión, el buen trato, la seducción, el control de impulsos, la empatía, etc.

La base de este sistema de acción también es el sistema de acción de apego y sienta las bases para el tipo de seguridad y relación que se puede entablar con otro ser humano. Cuando una persona ha tenido una relación de apego inseguro es probable que se afecte la forma de explorar y poner en práctica su sexualidad y por ende es importante trabajar la relación de apego.

Los sistemas de acción anteriormente mencionados están presentes en todo ser humano, sin embargo, las condiciones de vida y las experiencias de cada individuo a lo largo de su vida determinan cómo se ejecutan y si se ejecutan o no. Por ello, es importante realizar un trabajo terapéutico que permita que cada uno de nosotros trabajemos en nuestras experiencias, aquellas dolorosas, complicadas y/o traumáticas, las creencias que condicionan nuestra experiencia interna y externa, sanar nuestra relación de apego para poder crear vínculos afectivos fuertes y sanos y podamos crear cambios internos que nos permitan poner en práctica estos sistemas de acción de la forma que fomenten nuestro desarrollo y bienestar.

*Si te interesa leer más acerca de esto puedes leer el libro El trauma y el cuerpo. Un modelo sensoriomotriz de psicoterapia por Pat Ogden, Kekuni Minton y Clare Pain. 


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